Lo primero que te enviaremos serán tus billetes de embarque: ese pase mágico que te abre las puertas del barco y de un montón de destinos espectaculares. Pero ojo, porque el verdadero protagonista en este punto es tu pasaporte.
Para embarcar en la mayoría de los cruceros es obligatorio llevar el pasaporte en vigor. Y no vale el que tienes "casi caducado" en el cajón: necesita tener al menos 6 meses de validez desde la fecha de regreso del viaje.
Y si tu itinerario incluye países que requieren visado, ¡muy importante! Es tu responsabilidad gestionarlo antes del viaje. Las normas migratorias pueden cambiar mucho si entras en un país por mar, aire o tierra, así que asegúrate de tener todo en regla para no quedarte en el puerto viendo cómo el crucero se aleja.
Ah, y si viajas con peques o bebés, no lo olvides: ellos también necesitan su propio pasaporte, aunque aún no sepan ni qué es un barco.
¿La clave del éxito? Revisa con tiempo los requisitos según tu crucero y destinos, y prepárate con calma. Que tu única preocupación en el barco sea decidir si empiezas el día en la piscina o en el buffet
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